Se va devaluando
Recuerdo una época muy feliz donde cualquier mierda que hicieres, fuera cual fuera [con sus obvias excepciones], se resolvía con un simple y sincero perdón.
Hoy fui a la panadería [si, yo salgo por el pan en las mañanas (ahora ya saben)] y estaban dos señores esperando el bolillo; uno de ellos estaba sentado y el otro no. Cuando llega el pan el wey se levanta y tira la charola del otro wey, esté segundo se emputa, mienta madres y el primero solo le pide perdón a lo que el segundo le dice: Eso no basta.
Yo digo: ¿Pues qué quieres, cabrón? Fue un accidente, te pidió perdón. Se acabó.
También recuerdo que una vez cuando iba en el micro [ruta: escuela-mi casa] un señora se levanta ya a punto de bajar, como ese tramo en el que se levanto ya casi no hay pasajeros tengo la costumbre de cruzar la pierna [tengo el tic de mover mi pie y de otra forma no se puede]. Entonces ahí esta la señora gorda de lentes de botella esperando su bajada, toca el timbre y el conductor frena semi-bruscamente. El cosmos y el destino se pusieron de acuerdo y pusieron mi hermoso tenis sucio en el camino del pantalón de la señora gorda de lentes de botella. Como apenas fue un roce, me hice pendejo. El camión se para, la señora me ve con ojos de pistola, le pido perdón y se baja endiablada. ¡M'ña! Pues que chingue a su madre.
No sé si es soberbia o qué, pero no es posible que no aceptemos un perdón. Que se espera obtener al rechazarlo. No entiendo. Hay que entender que no somos tan importantes como creemos y que el mundo no busca hacernos mal. Claro, hay cosas imperdonables [la traición, la muerte, etc.]. Pero la gran mayoría de las cosas sí lo tienen (el perdón).
PS. El perdón para ser valido debe ser sincero
PS2. No quiero decir que el perdón es la llave de acceso a hacer pendejadas.
PS3. Lean mi entrada en "Historia cortas de aquí y allá" [revisen que diga Peyote al final ¬¬].